Por Luciano Jurnet
Cuando Carlos Baldomir (49-45-6, 15 K.O) caía hace dos años antes del límite en manos del mexicano Marco Antonio Rubio, la decisión de colgar los guantes parecía la más acertada para el ex campeón del mundo welter, quien incluso ya había conocido la derrota en suelo patrio frente Billi Godoy. Sin embargo, a los 43 años y en contra de toda lógica, el santafecino volverá a subir al cuadrilátero para asumir un desafío riesgoso: el próximo 25 de abril se medirá ante el ruso Andrey Meryasev (15-0-0, 11 K.O) por la categoría mediano en el Salón Diamante de Yucatán, México.
“Me pagan bien y tengo ganas”, sentenció “El Tata” a Campeones en el Ring, en referencia a los motivos que lo llevaron a aceptar una pelea que no se augura para nada sencilla. Y es que Meryasev cuenta no sólo con juventud (tiene 26 años) y confianza, producto de su inmaculada campaña, sino con una pegada más que respetable.
Quizá la mayor ventaja que posea el otrora vendedor de plumeros sea su vasta experiencia contra púgiles de primer nivel, así como la sapiencia para llevar la contienda a su terreno y dificultarle las cosas a un invicto que, a pesar de presentarse como el favorito, no registra éxitos ante nombres ilustres en su palmarés. Probablemente uno de los escollos de mayor complejidad que enfrentó el europeo fue el argentino Sergio Sanders, a quien superó en su última presentación por decisión unánime.
Si bien Baldomir confesó estar “entrenando hace dos meses”, lo cierto es que a priori parece necesitar más que una buena preparación y entusiasmo para salir del retiro, volver al ruedo ante un prospecto y dar la sorpresa. Pero claro, si de algo sabe el veterano es de romper el prode, sino, pregúntenle a Zab Judah.