Es
importante aprender a volar; pero
también aprender a caer, para descubrir nuestras posibilidades, nuestra
capacidad para reponernos y superar la frustración y salir fortalecidos de la adversidad
Hasta que se dieron cuenta que no lo
estaban preparando para la vida.
Le estaban privando la posibilidad
de experimentar lo que se siente
cuando se pierde. Vivir la frustración al sentir que el triunfo no está de su lado.
El sábado 7
me junio del 2014 quedara marcado a fuego para el ex campeón del mundo Sergio
Maravilla Martinez aquel que con puños
se abrió solo el camino difícil a la cima del pugilismo argentino vivió
el destierro en tierras lejanas aprendió lo que significa sobrevivir.
Atrás
quedaron las épocas de de sus tíos, Raúl y Carlos Paniagua que estuvieron en
los comienzos boxísticos del quilmeño . Ya en España fue abrazado por el amigo y entrenado Pablo
Sarmiento que lo llevo a la cima de su estrellato.
En argentina
Realiza 56 combates, se proclama dos veces campeón argentino, campeón
intercontinental y su progresión le lleva a participar con la selección
argentina en el Mundial de Hungría del año 1997 con sus compañeros Omar
Narváez, Jorge Álvarez, Fabricio Nieva, Guillermo Saputo y Santiago Nieva,
siendo derrotado en cuartos de final por el rumano Adrian Diaconu, medalla
mundialista en 1997 y 1999.
A principios
de los 2000, marchó a vivir a la localidad de Alovera, Guadalajara, España,
ciudad que como él mismo decía ni conocía y a la que llegó varias semanas
después de llegar a Madrid tras una odisea de viaje de tren en tren desde Roma.
Tras su llegada a España contactó con el que sería su primer entrenador,
Gabriel Sarmiento, y a su cutman y segundo entrenador, Ricardo Sánchez Atocha a
partir del número de teléfono olvidado en el fondo de un bolsillo. Debido a su
estancia tantos años en España, Sergio Martínez cuenta con una buena fanaticada
en este país. Martínez reside desde hace años en Madrid (España), aunque suele
preparar sus combates en Oxnard (California), ciudad conocida boxísticamente
por ser el hogar de Fernando Vargas.
Una carrera
impecable que fascinó a varios periodistas en especial el periodista Luis Blanco, que le pone el
apelativo de “Maravilla”, que lo acompañara durante el resto de su carrera.
Luego
llegaran las luces y atrás quedaran las tristezas de haberse ido de su
país en busca de nuevos horizontes,
llegan los días y años de vacas gordas grandes triunfos de terribles combates en
donde se lucio con ese estilo raro de bajar los bazos pegar y irse el que le abrió el camino a aquel terrible KO
ante paul Williams en donde el moreno nunca supo de donde vino ese terrible mazazo.
Esa mano que trato de volver elaborar en su cabeza un 7 de junio del 2014 y no
pudo encontrarla sufrió tres caídas y
como un gladiador romano volvió a levantarse
tratando de resurgir de sus cenizas buscando la mano que nunca llego y
como en aquel comienzo en España lo acampaba su amigo pablo sarmiento que como un verdadero amigo lo acompaño hasta
el final de carrera brillante , que pudo ser gloriosa si con sabiduría de
campeón hubiera anunciado su retiro luego de aquellos combates duro y difícil
antes chavez y Murray .
En toda la
noche sobrevoló el KO y el único que
supo frenar el castigo a su púgil fue el entrenador que dijo basta no va mas hasta acá llegamos
no hay mas para demostrar le diste todo al pugilismo argentino le abriste las
puertas de nuevo al boxeo que volvió a resurgir la pasión de los sábados y los viernes
de ver a los futuros campeones y campeonas del mundo , Nos vamos tristes
pero contentos de saber que los argentinos tuvieron campeón Mediano de nuevo y que nuestro himno volvió a sonar en el Madison Square Garden
Sam Keem en
su libro “Aprende a Volar” comenta que
envuelto en su pasión como trapecista y
su deseo de aprender a volar, se había olvidado de un principio fundamental, el aprender el arte de caer, en otras palabras
prepararse para el fracaso, para hacerlo
con dignidad y como parte de su proceso
de aprendizaje.
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