Frases del dia

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lunes, 30 de mayo de 2016

La pasion por el box y las escrituras

"Sus labios informes formaban una boca de línea excesivamente dura que se abría en su rostro como una cuchillada. La mandíbula era agresiva, voluminosa, brutal. Los ojos, de movimientos lentos y párpados pesados, carecían casi de expresión bajo las cejas pobladas y muy juntas. Todo en él era puro animal, pero los ojos eran lo más animal de todo". Así describióJack London a Tom King, el protagonista de "Por un bistec".

La cita está tomada casi al azar entre los fascinantes perfiles literarios trazados al borde de rings de fantasía. En esa cruza riquísima que conforman el boxeo y las letras. Puro placer por la lectura.
Foto Ampliada

London integra la extensa hilera de escritores que se enamoraron del pugilismo. Algunos, como Ernest Hemingway o Abelardo Castillo, lo vivieron sobre el cuadrilátero. Otros quedaron conmovidos por las historias, por lo queribles y frágiles que resultan los boxeadores detrás de los disfraces de tosca humanidad que los reviste. London se sacó el traje de novelista y se calzó el de cronista para escribir "El combate del siglo", un registro sobre la pelea entre Jack Johnson y James Jeffries, allá por 1910. "El boxeo es una pasión instructiva de nuestra raza", afirma London allí.

Hablando de Johnson, el primer campeón de peso pesado de raza negra, es imposible no relacionarlo con Arthur Cravan. El excéntrico sobrino de Oscar Wilde, director de la revista de culto "Maintenant", se animó a subir al ring para enfrentar a Johnson. Fue en Barcelona, por una bolsa de 50.000 pesetas. La pelea fue una farsa y el campeón la resolvió con una cachetada en el sexto round.

"En la novela se puede ganar por puntos, en el cuento por nocaut", metaforizó Julio Cortázar. La pasión de Cortázar por el boxeo fue irrefrenable desde que escuchó por radio -a los nueve años- el choque entre Luis Ángel Firpo y Jack Dempsey. Narró esa experiencia en "El noble arte", pero sin dudas su mejor cuento sobre el tema es "Torito", basado en el acenso y la caída del ídolo popular Justo Suárez, "El Torito de Mataderos". Cortázar no veía violencia ni crueldad en el pugilismo. " A mí me parece un enfrentamiento muy honesto, muy noble", sostenía.

Hemingway no concebía la vida sin generosas dosis de alcohol y de boxeo. Hay una anécdota genial. Uno de sus rivales habituales era el escritor canadiense Morley Callaghan, y en una ocasión Hemingway invitó al gimnasio nada menos que a Francis Scott Fitzgerald para que llevara el tiempo de un combate. El problema es que Fitzgerald se olvidó de marcar los tres minutos y en el "alargue" Callaghan mandó a la lona al autor de "El viejo y el mar" con un derechazo. Hemingway nunca se lo perdonó a Fitzgerald.

"Cincuenta de los grandes" es un cuento insoslayable de Hemingway, si de boxeo hablamos, por supuesto.

Castillo se jactaba de que nunca había bajado derrotado de un ring. Claro que también aceptaba que sólo había peleado en una decena de ocasiones. "Requiem para Marcial Palma" es uno de sus cuentos sobre boxeo. A otro -"Negro Ortega"- él lo definió como un relato borgeano de cómo vive una pelea un boxeador, mezclado con diferentes discursos: la voz de un relator deportivo, los pasajes bíblicos y la voz interior de Ortega. Lord Byron yArthur Conan Doyle fueron grandes aficionados al boxeo, así como Victor HugoWilliam Faulkner y John Dos Passos incluyeron viñetas pugilísticas en sus relatos. Charles Bukowski escribió "Ya me han contado hasta ocho", un gran relato, al igual que las novelas "Nunca llega la mañana", de Nelson Algren; y "Fat City", de Leonard Gardner.

Una pluma capaz de poner sobre el tapiz las aristas más turbias y lacerantes del ambiente fue la de Budd Schulberg. "Más dura será la caída" fue llevada al cine, con Humphrey Bogart, y "Nido de ratas" -otra gran novela de Schullberg- le reportó un papel consagratorio a Marlon Brando. Y no olvidemos que Ring Lardner escribió "El campeón", otra historia repicada en la pantalla (y por partida doble): y que "Million Dollar Baby", de Jerry Boyrd, terminó brillando en la noche del Oscar.

Aquellas inolvidables crónicas de London encontraron un correlato moderno en el talento deNorman Mailer. "El combate" es su mirada sobre el choque entre Muhamad Ali y George Foreman. El libre acceso de Mailer a la intimidad de Ali enriqueció esta soberbia pieza.

Como Ali, en la Argentina hubo ídolos que merecieron idéntica dedicación. Enrique Medinaabordó a uno de ellos en "Gatica", mientras que Jorge Montes escribió "Gatica y yo". En tanto, Raúl Argemí alumbró "El ángel de Ringo Bonavena". Ezequiel Fernández Mooreshabía abordado al personaje en "Díganme Ringo". En un libro de reciente aparición, Carlos Piñeiro Iñíguez utiliza la primera persona para narrar "Luis Ángel Firpo, soy yo".

"Los que vieron la zarza" (Liliana Heker), "Un boxeador" (Pedro Orgambide), "El Laucha Benítez cantaba boleros" (Ricardo Piglia) y "Regreso al cuadrilátero" (Roberto Fontanarrosa) son admirables contactos de la literatura argentina con el boxeo. Tanto como el personaje creado por Osvaldo Soriano en "Cuarteles de invierno".

No obstante, y más allá de esta galería, tal vez antes de abordar semejante colección de obras de arte, hay un libro que penetra en el universo del pugilismo como pocos. Se titula, simplemente, "Del boxeo", y la autora es la consagrada Joyce Carol Oates. Escribió ella: "la vida es como el boxeo en muchos e incómodos sentidos, pero el boxeo sólo se parece al boxeo".
Protagonistas

Ernest Hemingway
"Mi escritura es nada; el boxeo lo es todo (...) El hombre no está hecho para la derrota; un hombre puede ser destruido pero no derrotado (...) Nunca fui capaz de enseñarle a Ezra Pound cómo lanzar un gancho".

Joyce Carol Oates
"Si el ring es un altar, no lo es sólo para el sacrificio sino también para la consagración y la redención (...) El silencio terrible en el ring es el de la naturaleza antes del hombre, antes del lenguaje, cuando el solo ser físico era Dios".

Julio Cortázar
"Detesto el fútbol así como me gusta el boxeo. Bueno, no es que deteste el fútbol, pero me es indiferente. Ocurre que esta afirmación, en boca de un argentino, es algo grave… Me gustan los deportes donde se enfrentan dos individuos".

Abelardo Castillo
"Entre la cara, el hecho de que papá sí era boxeador y que yo siempre elogiara el boxeo, se creó este mito, como si fuera una cosa muy extraña: ¿cómo algo tan brutal como el box puede producir un escritor?"

El legendario boxeador negro a quien buscan perdonar 100 años después

Antes que Muhammad Alí, antes que Prince, antes que Will Smith, existió Jack Johnson.
Fue una figura adelantada a su tiempo.
Fue el primer campeón negro de los pesos pesados de boxeo. Y es considerado por muchos el primer icono afroestadounidense de la cultura pop. Vivió su vida extravagante como un auténtico playboy.
También enfrentó una vida dura, difícil, plagada de discriminaciones y violencia.
"Este hombre se sobrepuso a una de las peores circunstancias sociales: la primera generación post-esclavitud, en el contexto de las leyes Jim Crow en Estados Unidos, cuando la segregación y la violencia gratuita (y muchas veces mortal) hacia los afroestadounidenses eran rampantes", dice Adrian Matejka, profesor de literatura en la Universidad de Indiana.
Matejka es autor de The Big Smoke, libro de poemas inspirados en la figura de Jack Johnson.
"Sus padres eran esclavos y, aun así, él logró ascender al título deportivo más importante de su tiempo", dice el escritor a BBC Mundo.
Jack Johnson y Jess Willard
Jack Johnson venció a muchos boxeadores blancos, lo cual le granjeó enemistades.

La ley Mann

En junio de 1913, Johnson fue sentenciado a un año y un día de prisión por violar la llamada ley Mann, que prohibía el transporte de un estado a otro de mujeres blancas con "propósitos inmorales".
Dicha ley de carácter federal tenía como propósito combatir el tráfico de mujeres blancas con fines de prostitución.
Ocurrió que el 18 de octubre de 1912, el boxeador fue detenido bajo el pretexto de que su relación con la presunta prostituta blanca, Lucille Cameron, constituía una violación de la ley Mann.
Para el momento de su detención apenas había transcurrido poco más de un mes del suicidio de su primera esposa, una sofisticada mujer de Brooklyn llamada Etta Duryea.
La mujer se quitó la vida en el piso superior del Café de Champion, el club nocturno que la pareja poseía en la ciudad de Chicago.
Para impedir que los fiscales lo procesaran por violar la ley Mann, Johnson se casó apresuradamente con Cameron, el 4 de diciembre de 1912, menos de tres meses después de la muerte de Duryea.
Cameron, de hecho, se negó a testificar en su contra, aún así terminó siendo condenado y encerrado en una prisión federal.
Jack Jonhson y esposa

El boxeador se casó tres veces, siempre con mujeres blancas.

Perdón póstumo

Pero ahora, más de 100 años después, dos influyentes senadores buscan hacerle un desagravio al boxeador que reinó en los pesos pesados entre 1908 y 1915.
Recientemente, el senador republicano y excandidato presidencial John McCain y el senador demócrata Harry Reid introdujeron en el Senado una resolución que busca que el presidente Barack Obama otorgue un perdón póstumo a Johnson.
"Johnson fue un verdadero campeón cuyo nombre fue empañado por una condena penal injusta y de motivaciones raciales", dijo Reid en un comunicado. "Ahora es el momento de restaurar su legado".
"Jack Johnson merece ser recordado por su carrera increíble, no por el racismo que lo envió injustamente a la prisión".
Ya antes el Congreso intentó que los presidentes George W. Bush y Barack Obama le concedieran el perdón, sin resultados a la vista.

Un gran boxeador

Jack Johnson nació el 31 de marzo de 1878 en Galveston, Texas, de padres que habían sido esclavos y que entonces se dedicaban a labores de limpieza.
Debutó profesionalmente en el boxeo en noviembre de 1898 con un notable nocáut sobre Charley Brooks.
A partir de entonces inició una carrera en el mundo del ring que lo llevó a titularse campeón el 26 de diciembre de 1908, al derrotar por nocaut, en una pelea escenificada en Sidney y que se extendió por 14 rounds, al entonces campeón Tommy Burns.
James Jeffries
El excampeón de los pesos pesados James Jeffries, considerado por los supremacistas como "la gran esperanza blaca", cayó vencido por Johnson en 15 rounds.

Andrés Bermúdez, especialista en boxeo del canal de deportes beIN Sports en Español y conductor en ESPN Radio, no duda en catalogarlo como "el más grande de los peleadores negros de su época".
"Tuvo que enfrentar una época complicada", dice Bermúdez a BBC Mundo. "Le negaron peleas por su color de piel, le negaron bolsas por su color de piel. Y él tuvo el coraje de enfrentar esas barreras, siempre de frente".
Durante su reinado entre 1908 y 1915 muchos esperaban la aparición de una "gran esperanza blanca" que acabara con las pretensiones de este campeón negro.
Esta "esperanza" recayó en los hombros del excampeón mundial James Jeffries.
El famoso novelista Jack London escribió en un diario neoyorkino que el combate entre Johnson y Burns había "entre un coloso y un pigmeo".
"Burns fue un juguete en sus manos. Jim Jeffries debe emerger de su granja de alfalfa y retirar la sonrisa dorada de la cara de Johnson. Jeff, depende de ti", escribió London.
Pero, para los supremacistas blancos fue una enorme desilusión el ver a Jeffries caer derrotado ante Johnson aquel 4 de julio de 1910 en Reno, en lo que había sido calificado en su momento como la "Pelea del Siglo".

Las celebraciones de los negros por la victoria de Johnson devinieron en enfrentamientos violentos con blancos y más de 20 muertes en distintos lugares del país.
"Johnson superó el estigma de los peleadores negros en el sentido de que, siendo muchos esclavos, solían pelear entre ellos", dice Bermúdez.
"Johnson peleó y derrotó a hombres blancos", amplía. "Y se hizo campeón al derrotar a un hombre blanco. De hecho, muchos blancos se negaron a pelear con él. Y los blancos tuvieron que reconocerlo como el verdadero campeón, ahí radica su legado para el deporte de la raza negra".
John McCain saludando a Dorothy CrossEl senador republicano John McCain -acá con Dorothy Cross, la sobrina nieta de Johnson- está impulsando el perdón póstumo junto con el senador demócrata Harry Reid.

Defensa como arma

Matejka ha estudiado a fondo la vida y legado de Johnson.
Dice que desde un punto de vista boxístico, una figura muy importante porque fue uno de los primeros peleadores que "usaron la defensa como un arma en el ring".
"Antes de Johnson la mayoría de los pesados atacaban de frente con todo. Johnson era tan ágil y estaba tan consciente de serlo, que lograba crear ángulos sorprendentes para evitar que lo gopearan y devolver él el golpe".
"Esa forma de boxear se convirtió a futuro en el modelo de boxeo defensivo, incluyendo al gran Muhammad Alí", completa Matejka.
Todavía hoy, explica el escritor, en el legendario gimnasio de boxeo Old Angle Gym, en Cleveland, el veterano entrenador Gary Horvath -con más de 50 años de experiencia- les muestra las películas de Jack Johnson a los peladores jóvenes, "para que aprendan sobre las posibilidades defensivas".
De acuerdo con el Salón de la Fama del Boxeo Internacional -al cual fue elevado en 1990- Johnson -que llegó a pelear en Cuba, en Francia, en Canadá- terminó su carrera con una marca de 77 victorias y 13 derrotas, con 48 nocauts, 14 empates y 19 peleas sin decisión.
Jack Johnson

Extravagancias del campeón

Fuera del cuadrilátero, tuvo una vida de estrella, pese a los obstáculos por su color de piel.
Tenía su propia banda de jazz y su club nocturno, en cuya tarima acostumbraba a actuar y bailar.
De acuerdo con un reporte de ESPN, Johnson usaba dentadura de oro, conducía llamativos autos deportivos de color amarillo.
"Ostensiblemente paseaba al leopardo que tenía por mascota mientras iba tomando sorbos de champagne", dice el artículo de ESPN.
Y claro, las mujeres: tuvo tantas como pudo, muchas de ellas más bien celebridades.
A Johnson se le atribuyen romances con Mistinguette, la estrella de cabaret parisino Moulin Rouge; con la espía alemana Mata Hari y con las sex symbols Lupe Vélez y Mae West.
Se casó tres veces, la última vez en 1925, con Irene Pineau. La pareja se mantuvo unida hasta 1946, cuando él murió, a los 68 años, en un accidente automovilístico en Raleigh, Carolina del Norte.
Ahora su leyenda está a la espera de un perdón presidencial


Mickey Walker (1901 - 1981) "El Bulldog de juguete"


                               



Edward Patrick "Mickey" Walker. Fué un boxeador de peso Welter y peso medio. Nació en Elizabeth, New Yersey y fué también un ávido jugador de golf y renombrado artista.


Fué campeón de los pesos welter y medios, pero donde realmente se ganó los corazones de los aficionados al boxeo, fué enfrentándose a pesos semi-pesados e incluso pesados.

Em 1922 Walker destronó al campeón de los pesos welter jack Brittton y llevó a cabo con éxito defensas del titulo ante Pete Lazo, Jimmy Jones, Lew Tendler y Bobby Barret.

Incluso como peso welter, Walker que medía 5 piés y 7 pulgadas (1,70), empezó a pensar a lo grande. ConJack "Doc" Kearns dirigiendo su carrera podía enfrentarse a cualquier oponente y en cualquier momento.

En 1927 luchó en un combate nulo con el campeón de los pesos semi-pesados Mike McTigue en un enfrentamiento por el tíulo, y perdió contra el rey de los pesos medios Harry Greb. El combate contra Grebfué terrorífico y la leyenda afirma que los dos boxeadores continuaron la pelea en las calles de New Yorkdespués de discutir el resultado del combate en un bar.

Walker perdió la corona de los pesos welter en favor de Latzo en 1926 pero no estaría sin ningún título durante mucho tiempo. Antes de que terminara el año derrotó al campeón de los pesos medios Tiger Flowers.

Una vez más buscó nuevos desafíos y se esfrentó y noqueó a McTigue, por aquel entonces ya ex-campeón y al futuro campeón de los semi-pesados Raúl Berlanbach.

En 1929 desafió al campeón del peso semi-pesado Tommy Loughram pero perdió en el 10º round. En 1931 Walker ya estaba cómodo en el peso pesado y decidió renunciar a su trono de los medios después de derrotar a grandes boxeadores como Johnny Risko y Bearkat. También en 1931 se enfrentó al futuro campeón de los pesos pesados Jack Sharkey en un combate que fué declarado nulo.

Los pesos pesados King Levinski, nuestro español Paulino Uzcudum y Arthur Dekuh, fueron víctimas deWalker en 1932, pero el antiguo campeón de los pesos pesados Max Schmelling le noqueó en 8 roundese mismo año. Un intento más de conseguir el título de los semi-pesados tuvo lugar en 1933 pero Maxie Rosenbloom lo derrotó a los puntos.


Al año siguiente Rosenbloom sufrió la venganza de Walker en un combate sin ningún título en juego.

Después de anotarse una victoria por K.O sobre Red Bush en 1939, Walker se retiró. Pasó al olimpo de los reyes del cuadrilátero por su arrojo, valentía y decisión. Sin duda fué un hombre de boxeo con una ambición y valentía que no se olvidará jamás.